lunes, 7 de noviembre de 2016


¡Ojo con las jaulas!

Cuando adquirimos un ave como mascota muchas veces no le prestamos demasiada  atención a la jaula en la que va a vivir nuestro compañero, mirando muchas veces más por el diseño de la misma o el espacio que nos va a ocupar en casa que por las necesidades que nuestra mascota va a requerir.

Lo primero que habría que tener en cuenta es que las aves (independientemente de la que sea) son animales con una anatomía propia para el vuelo, por lo que lo ideal sería que pudiesen realizar este de manera más o menos frecuente, ya que de lo contrario es fácil que aparezcan problemas, siendo el más común la obesidad.

Esto no siempre es fácil, tanto por el tiempo que disponemos para dedicarle a nuestro pájaro como por el ave propiamente dicha, ya que no todas son de primeras dóciles con sus propietarios, dependiendo esto tanto de la especie como de la cría misma del individuo (no es lo mismo un ave papillera que otra creada de forma natural por sus padres)

Para el alojamiento lo mejor sería que el animal pudiese dar vuelos dentro de su propio recinto como en las grandes voladeras que algunos aficionados poseen, pero claramente no todos podemos disponer de estas ya sea por tema de espacio o cómo por el coste económico de las mismas.

                                                         

En tal caso la jaulas han de tener unos requisitos mínimos tanto en espacio, como en el material del que están hechas las mismas.

De manera general se entiende que las dimensiones mínimas por ave son aquellas que la permitan abrir las alas sin rozar los barrotes y darse la vuelta sin que las plumas de la cola toquen tampoco ninguno de los lados. Además ha de existir un espacio entre los palos que permita dar pequeños vuelos de uno a otro.

Esto evidentemente varia por especies, ya que dependiendo de las mismas se pueden alojar en parejas o en grupos (como los diamantes o agapornis) las cuales necesitaran un mayor espacio por individuo,  o bien en aquellas mascotas que interaccionan mucho con sus propietarios (como la mayoría de los grandes loros) que están en su jaula prácticamente solo por las noches, las cuales podrían adaptarse a una jaula más reducida.

                                                          

Otro tema muy importante a tener en cuenta es el material del que están hechas  las mismas al igual que el material del que están hechos los juguetes y los palos en los que se apoyan.

Dado a que habitualmente pasan mucho tiempo dentro de las jaulas y junto al hecho de que son animales muy inteligentes que pasan muchas horas al día en la naturaleza buscando comida o interactuando con sus congéneres (sobre todo las psitacidas o “loros “ en general) suele suceder que se aburren…por lo que empiezan a picotear los distintos elementos de las jaulas  y no es infrecuente los problemas por ingestión de cuerpos extraños o incluso por intoxicaciones por los materiales o las pinturas de las mismas.

Además han de desgastar su pico y uñas, cosa que conseguimos con unas perchas de materiales rugosos que además estimulan la circulación en las patas.

                                     

Los juguetes tienen igualmente que estar hechos de materiales no tóxicos y en caso de que puedan romperse en fragmentos más pequeños, los materiales puedan ser asimilados de una manera más o menos natural por el ave (ya sea porque no los ingieren o porque su ingestión no da problemas)

                                              

Así que ya veis que aparte de escoger la especie que más nos convenga a nuestro estilo de vida, es importante buscarle un alojamiento lo más adecuado a ella para darle una calidad de vida adecuada y evitarnos muchos problemas.

No obstante si necesitáis más información acerca de los cuidados que necesitan vuestros pájaros no dudéis en contactar con nosotros en el 914.64.67.25 o en el 608.52.12.88.

No hay comentarios:

Publicar un comentario