El cepillado de dientes
Son pocas las personas que hoy en
día no dedican una parte de su tiempo a cepillarse los dientes tres veces al día,
nos espanta ver a otros individuos que no tiene unos hábitos correctos de
higiene y que por lo tanto les huele el aliento o tienen sarro en los dientes,
para nosotros lucir una bonita sonrisa es importante ya que es un síntoma de
limpieza y buena salud.
Pero ¿Qué pasa con nuestros
perros y gatos? ¿Hay que lavarles los dientes? Hay muchas personas que
consideran que esto es una locura y se excusan en premisas tales como: ¿cómo
voy a cepillarle los dientes? En la naturaleza no existen cepillos de dientes y
mucho menos pasta, a mi mascota no le gusta o no me deja.
Lo cierto es que todos tenemos el
mismo problema, todos estamos amenazados por la placa dental, que está
constituida por bacterias que viven en la base y superficie de nuestros
dientes. Alimentándose de los restos de los alimentos que nosotros ingerimos. Y
que proliferan rápidamente dado a las condiciones favorables que presenta
nuestra boca con respecto a temperatura y humedad.
Estas bacterias se van acumulando
en la base del diente y en las superficies interdentales formando una placa que
es lo que nosotros vemos. Esta placa puede producir enfermedades como la
gingivitis (inflamación de las encías) o las caries. Porque aunque nos parezca
increíble los animales también las pueden padecer.
Si dejamos esta placa de
porquería largo tiempo en los dientes podremos notar que comienza a olerle la
boca a nuestra mascota y si no la retiramos a tiempo produce una retracción de
las encías lo que conlleva que la raíz del diente este más expuesta y se muevan
con mayor facilidad. Las bacterias podrán de este modo acceder más fácilmente
al organismo causando infección y dolor. Por lo que podremos notar que nuestra
mascota se niega a ingerir alimentos que hasta hace poco tiempo comía sin
ningún tipo de problemas o que babea más de lo normal.
Por ultimo si esa infección
dental persiste, puede llegar a alcanzar el torrente sanguíneo causando
lesiones en el corazón, riñones, hígado
y articulaciones.
Como prevenirlo, al igual que
nosotros ellos necesitan que se le cepille los dientes al menos 2 o 3 veces por
semana, con una pasta de dientes
adecuada para ellos, estos dentífricos suelen venir formulados con sabor a
carne para que a ellos les resulte más atractivo y pueden ser ingeridos. Esta es una acción que puede ser muy sencilla
si acostumbramos a nuestra mascota desde las primeras semanas de vida. Pero
tremendamente ardua (especialmente en el caso de los gatos) si decidimos
llevarla a cabo por primera vez cuando nuestro compañero ha alcanzado ya la
edad adulta.
La maniobra en si no conlleva
ningún tipo de complicación al igual que en las personas consiste en frotar la
superficie dental con movimientos ascendentes y descendentes con el cepillo en
un ángulo de 45º. Existen en el mercado diversos tipos de cepillos que podremos
utilizar dependiendo de nuestro gusto y el de nuestro compañero (de dedal, con
dos lados para cepillar la cara interna y externa del diente a la vez,
eléctricos…). Para comenzar realizaremos varias sesiones introduciendo nuestro
dedo frotando las encías y abriéndole la boca para que se acostumbre a la
manipulación. Cuando nuestro compañero esté a gusto con este tipo de acciones
pasaremos a introducir el cepillo dental y cuando veamos que se ha adaptado
terminaremos por introducir la pasta de dientes. Aunque esta se puede ir dando
desde el principio en forma de premio o depositándose en la base de las encías
para que sin frotar ellos se vallan acostumbrando al sabor y luego no la
rechacen.
Para aquellas mascotas más
reticentes a estas maniobras o como método complementario podemos adquirir
golosinas o piensos que contienen encimas que ayudan a mantener la higiene
bucal. A su vez también existen juguetes,
sprays, enjuagues bucales que se añaden al agua de bebida, polvos que
mezclaremos con el pienso y una larga lista de etc. que contribuirán a que
mantengan una sonrisa impecable.
Aunque hemos de decir que todos
estos métodos sirven como control y prevención. No van a eliminar el sarro ya
existente. Si tenemos un animal con una placa de sarro tendremos que pasar por
el veterinario para que le realice una limpieza de boca. Y transcurridos unos
días tras esta podremos emplear estos métodos para evitar la nueva formación.
Entonces ¿Por qué los animales en
libertad no requieren de estos cuidados?
En la naturaleza los animales
tienen vidas más activas se ven obligas a utilizar sus dientes para
interaccionar con su entorno. Tienen que alimentarse por sus propios medios
cazando y descuartizando a sus presas (la masticación de pelos, plumas,
huesos, tendones realiza un efecto mecánico
en el que limpian sus dientes). Las peleas con rivales o depredadores, el
llevar a sus crías en la boca o el coger materiales del entorno para crear una
madriguera también contribuyen a este efecto. Los animales que viviendo en ámbito natural padezcan
problemas dentales, lamentablemente están destinados a no vivir mucho tiempo.