viernes, 12 de enero de 2018


El cepillado de dientes

Son pocas las personas que hoy en día no dedican una parte de su tiempo a cepillarse los dientes tres veces al día, nos espanta ver a otros individuos que no tiene unos hábitos correctos de higiene y que por lo tanto les huele el aliento o tienen sarro en los dientes, para nosotros lucir una bonita sonrisa es importante ya que es un síntoma de limpieza y buena salud.
 

Pero ¿Qué pasa con nuestros perros y gatos? ¿Hay que lavarles los dientes? Hay muchas personas que consideran que esto es una locura y se excusan en premisas tales como: ¿cómo voy a cepillarle los dientes? En la naturaleza no existen cepillos de dientes y mucho menos pasta, a mi mascota no le gusta o no me deja.

Lo cierto es que todos tenemos el mismo problema, todos estamos amenazados por la placa dental, que está constituida por bacterias que viven en la base y superficie de nuestros dientes. Alimentándose de los restos de los alimentos que nosotros ingerimos. Y que proliferan rápidamente dado a las condiciones favorables que presenta nuestra boca con respecto a temperatura y humedad.

Estas bacterias se van acumulando en la base del diente y en las superficies interdentales formando una placa que es lo que nosotros vemos. Esta placa puede producir enfermedades como la gingivitis (inflamación de las encías) o las caries. Porque aunque nos parezca increíble los animales también las pueden padecer.

Si dejamos esta placa de porquería largo tiempo en los dientes podremos notar que comienza a olerle la boca a nuestra mascota y si no la retiramos a tiempo produce una retracción de las encías lo que conlleva que la raíz del diente este más expuesta y se muevan con mayor facilidad. Las bacterias podrán de este modo acceder más fácilmente al organismo causando infección y dolor. Por lo que podremos notar que nuestra mascota se niega a ingerir alimentos que hasta hace poco tiempo comía sin ningún tipo de problemas o que babea más de lo normal.

Por ultimo si esa infección dental persiste, puede llegar a alcanzar el torrente sanguíneo causando lesiones en el corazón,  riñones, hígado y articulaciones.

Como prevenirlo, al igual que nosotros ellos necesitan que se le cepille los dientes al menos 2 o 3 veces por semana,  con una pasta de dientes adecuada para ellos, estos dentífricos suelen venir formulados con sabor a carne para que a ellos les resulte más atractivo y pueden ser ingeridos.  Esta es una acción que puede ser muy sencilla si acostumbramos a nuestra mascota desde las primeras semanas de vida. Pero tremendamente ardua (especialmente en el caso de los gatos) si decidimos llevarla a cabo por primera vez cuando nuestro compañero ha alcanzado ya la edad adulta.

La maniobra en si no conlleva ningún tipo de complicación al igual que en las personas consiste en frotar la superficie dental con movimientos ascendentes y descendentes con el cepillo en un ángulo de 45º. Existen en el mercado diversos tipos de cepillos que podremos utilizar dependiendo de nuestro gusto y el de nuestro compañero (de dedal, con dos lados para cepillar la cara interna y externa del diente a la vez, eléctricos…). Para comenzar realizaremos varias sesiones introduciendo nuestro dedo frotando las encías y abriéndole la boca para que se acostumbre a la manipulación. Cuando nuestro compañero esté a gusto con este tipo de acciones pasaremos a introducir el cepillo dental y cuando veamos que se ha adaptado terminaremos por introducir la pasta de dientes. Aunque esta se puede ir dando desde el principio en forma de premio o depositándose en la base de las encías para que sin frotar ellos se vallan acostumbrando al sabor y luego no la rechacen.

Para aquellas mascotas más reticentes a estas maniobras  o como  método complementario podemos adquirir golosinas o piensos que contienen encimas que ayudan a mantener la higiene bucal. A su vez también existen juguetes,  sprays, enjuagues bucales que se añaden al agua de bebida, polvos que mezclaremos con el pienso y una larga lista de etc. que contribuirán a que mantengan una sonrisa impecable.

Aunque hemos de decir que todos estos métodos sirven como control y prevención. No van a eliminar el sarro ya existente. Si tenemos un animal con una placa de sarro tendremos que pasar por el veterinario para que le realice una limpieza de boca. Y transcurridos unos días tras esta podremos emplear estos métodos para evitar la nueva formación.

Entonces ¿Por qué los animales en libertad no requieren de estos cuidados?

En la naturaleza los animales tienen vidas más activas se ven obligas a utilizar sus dientes para interaccionar con su entorno. Tienen que alimentarse por sus propios medios cazando y descuartizando a sus presas (la masticación de pelos, plumas, huesos,  tendones realiza un efecto mecánico en el que limpian sus dientes). Las peleas con rivales o depredadores, el llevar a sus crías en la boca o el coger materiales del entorno para crear una madriguera también contribuyen a este efecto. Los animales  que viviendo en ámbito natural padezcan problemas dentales, lamentablemente están destinados a no vivir mucho tiempo.